La naturaleza, nuestra madre.

La verdad es que, esas ganas de escribir a mí, especialmente, me vienen en épocas llenas de colores tristes que están presentes en la naturaleza, como en el otoño o en el invierno. Me quiero referir con esto que digo a los colores, por ejemplo, de un paisaje otoñal lleno de árboles que muestran cómo se van a dormir porque ha llegado la época, el tono marrón de las hojas secas de estos árboles en otoño es uno de los colores a los que me refiero. Otro color marcado de tristeza sería el tono gris que nos enseña el cielo cuando hace mal tiempo.

Suelo escribir durante estas épocas del año porque, como soy una persona a la que le gusta mucho que haga buen tiempo, este lúgubre clima me provoca una inmensa tristeza y esta tristeza, a su vez, no sé lo que hace, pero me lleva a sentir una gran inspiración y logro escribir algo para este blog. Pero, ¿cómo se puede llegar a tener una inspiración estando triste? Pensadlo, yo la verdad es que no puedo explicarlo y creo que tampoco podréis explicároslo ustedes mismos dado a que es una de esas preguntas que el ser humano no puede aclarar. Por lo cual, si de verdad queremos responder a esta pregunta, nos tendríamos que trasladar a las más lejanas profundidades de la filosofía y yo, verdaderamente, no estoy aquí para ejercer de filósofo, sino que lo único que pretendo es que tengáis un mínimo interés por responder algunas de estas preguntas que se plantea el ser humano desde hace miles de años y que todavía, en los tiempos en los que nos encontramos, no ha sido capaz de aclarar.

Esta entrada tiene un cierto contenido filosófico y voy a intentar redactar una entrada parecida a esta la próxima vez que vuelva a escribir en este blog. La entrada procuraré que sea, lógicamente, sobre algún tema que tenga que ver con nuestra madre, la naturaleza. Por lo tanto, dicho todo esto, no os preocupéis si no sabéis responder alguna pregunta filosófica porque la filosofía pretende que el ser humano desarrolle dudas a la hora de responder una pregunta que es incontestable para nuestro ser y que estas dudas se transformen en ganas de aprender más y más sobre asuntos filosóficos, así es como nace un filósofo y mediante el diálogo que se crea entre dos o más hablantes mientras discuten para responder alguna pregunta de este tipo se forma la acción a la que llamamos "filosofar".

Por último, cabe decir también que no he escrito mucho últimamente debido a que aquí, por más que yo escribo, nadie se pasa apenas por el blog ni comenta nada. Pero, en realidad, yo sé que estáis ahí, y eso es lo que me anima a seguir escribiendo este tipo de cosas, aunque a muchos de ustedes, generalmente personas con una muy pequeña conciencia sobre los temas sobre los que hablo, no tengáis el menor interés por escucharme. Pero a mí me basta con saber que, por lo menos, menos del uno por ciento de la población mundial me esté escuchando para poder seguir escribiendo sobre este de tipo de asuntos a los que muchos de ustedes denomináis vulgarmente "tonterías".

Así que, ¡salid de vuestros agujeros y enviadme alguna señal de vida, alguna señal que me diga que todo esto que estoy haciendo está bien!

Buenas noches.

El área edificada en Machu Picchu es de 530 metros de largo por 200 
de ancho e incluye al menos 172 recintos. El complejo está claramente
 dividido en dos grandes zonas: la zona agrícola, formada por conjuntos
 de terrazas de cultivo, que se encuentra al sur; y la zona urbana, que es, 
por supuesto, aquella donde vivieron sus ocupantes y donde se 
desarrollaron las principales actividades civiles y religiosas.

Los andenes (terrazas de cultivo), de Machu Picchu lucen como
 grandes escalones construidos sobre la ladera. Son estructuras 
formadas por un muro de piedra y un relleno de diferentes capas 
de material (piedras grandes, piedras menores, cascajo, arcilla y tierra 
de cultivo) que facilitan el drenaje, evitando que el agua se empoce en 
ellos (téngase en cuenta la gran pluviosidad de la zona) y se desmorone 
su estructura.

Debido a su belleza natural y a la original y armónica intervención  de los incas en el paisaje, pero también al hecho de que se  encuentra en un área que aún es posible de ser preservada,  el sitio y su entorno han sido declarados como un parque natural  y cultural que ha sido incorporado a las zonas protegidas del  mundo y que la Unesco ha registrado como Patrimonio de la Humanidad. El santuario de Machu Picchu está en medio del bosque  y tiene pocos espacios planos, de modo que para cultivar  hubo que deforestar y construir terrazas. Según estudios  recientes, aparte de maíz, también se sembraba coca en  los andenes que rodean a la ciudadela. Del mismo modo,  pudo cultivarse frutales y tubérculos de los tipos que todavía  hoy se siembran en la zona, incluyendo la yuca y el camote. El parque de Machu Picchu está conformado por diversas  especies de árboles, helechos, yerbas, musgos y plantas de  matorral. Junto con el pisonay y el aliso, este último un frondoso  árbol muy popular en toda la sierra peruana, también podemos  encontrar varias especies de coníferas y de árboles de hojas anchas  que pueden alcanzar varios metros de altura. Las orquídeas ocupan  un lugar muy especial, dado que hay, a lo largo y ancho del parque,  más de 50 variedades de esta flor. Este medio ambiente, boscoso, húmedo y caluroso,  constantemente cubierto por niebla y lluvia, no era lugar propicio  para la vida de los domesticados camélidos andinos, pertenecientes  a climas secos y más bien fríos. Sin embargo, debido a que estos  animales estaban consistentemente ligados a los incas, su presencia allí esincuestionable dado que debían cubrir el transporte frecuente de bienes entre el Cusco y Machu Picchu.  Sus huesos se han encontrado en las tumbas exhumadas en el lugar  y existen evidencias que permiten presumir que, además, eran  parte de la alimentación de la población.  Junto a estos huesos se han encontrado  asimismo los de otros dos animales domésticos andinos, tales  como el cuy, cavia o conejillo de Indias, y el perro, obviamente  introducidos por el ser humano. El perro hallado en el parque,  el Canis inga pecuarius, era una de las razas andinas  que se parecían al collie y que quizá estaba ligada al pastoreo  de los camélidos. Pero también se han encontrado huesos de fauna silvestre,  como el marsupial comadreja, o zarigüeya; la vizcacha y otros  roedores, y el venado. El parque de Machu Picchu es el hábitat  de un gato montés pequeño pero muy agresivo con animales  menores; del puma; de la nutria, gato de agua o mayu puma, y de  los osos negro y de anteojos. De todos estos mamíferos silvestres,  la vizcacha es en la actualidad el habitante más común de los  roquedales de Machu Picchu, aun cuando había desaparecido cuando  el santuario fue visitado por Hiram Bingham en 1911 por primera vez. Como es propio de las selvas sudamericanas, los reptiles  son también componentes significativos del bosque, especialmente  las lagartijas y las serpientes. Los acompañan una gran variedad  de insectos y, por cierto, de aves.

• Utilización de fuentes energéticas renovables
• Indicador de eficiencia energética
• Materiales reciclables
• Residuos industriales
• Crecimiento poblacional
• Superficie sostenible
• Transporte sostenible
• Biodiversidad
• Desigualdad social
• Paro
• Precariedad laboral
• Integración étnica

Hay aves como el Busardo Colicorto, el Garrapatero, el Flamenco Americano, las Garzas, el Águila Pescadora... En el agua podemos encontrar a nutrias, manatíes del Caribe, alligátores y cocodrilos (muy similares estos dos últimos). También podemos encontrar numerosas especies de tortugas.

Es un lugar hermoso, eso sí, hay que tener cuidado con los señores de Los Everglades, los cocodrilos, caimanes... y todos sus parientes cercanos. Quien vaya será recompensado con una preciosa experiencia y un muy bonito recuerdo, de eso estoy seguro.

Y a aquí os dejo la popular serie "El Último Superviviente", en el que el protagonista, Bear Grylls, se verá con la obligación de salir de los Everglades, por partes: